A TRABAJAR

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Mi estupendo taller-cocina

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viernes, 22 de abril de 2011

TABLERO DE AJEDREZ

TRABAJO DEDICADO A MI HERMANO DOMINGO, POR SU PASADO CUMPLEAÑOS.   FELICIDADES.

Os dejo el paso a paso, por si alguien se anima.


Lo primero cortar listones exactamente iguales y darles color.   He optado por teñir los oscuros de color caoba.   Lo ideal es hacerlo con listones de madera de distinto color, pero por aquí no hay mucho donde escoger.   Por cierto interesa dejarlos algo más largos ya que luego en el corte se pierde material.



A continuación se unen los listones con cola blanca ...



y, una vez seco el conjunto, se corta al través obteniendo asi listones que alternan cuadros claros y oscuros.   Para obtener el tablero sólo hay que girar uno de cada dos listones.



Y vuelta a encolar ...



sin olvidarnos de comprobar la escuadría.


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Ahora le toca el turno al marco.   Utilizando unos listones algo más anchos, les he realizado un rebaje en el que encastrar un listoncillo de madera oscura que resalte la separación del tablero y del marco.



Los listones después de pasarles la fresa de enrasar.



Se deben cortar algo más largos para hacer luego los ingletes.



Después del corte a 45º primera prueba en seco.



Un pequeño adorno de taracea.   No es tan elaborada como la que elaboran los artesanos de Granada, pero para la primera vez es con lo que me atrevo.


En una de las cajas se abrió algo la madera, solucionado añadiendo un segundo listón de taracea.



Con las inserciones terminadas, y una vez encolado el marco al conjunto, toca tintar el marco de color roble.



Este es el resultado final.








miércoles, 13 de abril de 2011

CAJITA PARA FONENDOSCOPIO

Estos días he estado un poco aburrido, asi que he estado haciendo unas pruebas de ensambles para un futuro trabajo en la cocina que espero publicar más adelante.   Pero, para matar el gusanillo, además he construido una cajita para un fonendo que junto con un tensiómetro de los de toda la vida lleva en casa de mis padres y ahora en la mía la friolera de 30 años (o alguno más) tomando la tensión casi a diario.   Lo cierto es que ¡todavía conservaba su caja original de cartón!, bueno sólo la parte de abajo porque la tapa superior hace tiempo que pasó a mejor vida, así que sólo faltaba ponerse manos a la obra.




El material, contrachapado de una caja de turrón que alguien abandonó (vacía por supuesto), más barato imposible.
El mismo contrachapado después de cepillarlo para eliminar la publicidad.
 Después de aplicarle un barniz tinte de color roble, se le añadieron las bisagras y un cierre.   Por último, para no dañar el aparato, se añadió un trozo de fieltro rojo que andaba dando tumbos por casa.
Y este es ahora el contenedor de este aparato tan duradero.   Desde luego más apropiado que la semicaja que lo albergaba últimamente.